
Álvaro Bautista se impuso con claridad en el Gran Premio de Malasia de los 250 c.c. que se disputó en Sepang pero no pudo evitar que su rival, el italiano Marco Simoncelli (Gilera), se adjudicase matemáticamente el título mundial de la cilindrada. Bautista necesitaba ganar la carrera malaya para intentar evitar que su rival se proclamase campeón, pero además debía ver a éste fuera del podio, lo que no sucedió y le dio el título matemáticamente a un conservador Simoncelli que no arriesgó más de lo estrictamente necesario.
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